La mastitis es una condición común entre las madres que lactan. A menudo puede ser causada por no extraer suficiente leche de los senos, que a veces se conoce como éxtasis de la leche. Siempre que notes bultos en los senos, dolor o enrojecimiento, la orientación inmediata de tu equipo de cuidado de salud puede ayudar a prevenir que las afecciones empeoren.
La mastitis puede sentirse como la gripe y ser dolorosa. La Academia de Medicina de Lactancia Materna (ABM, por sus siglas en inglés) define la mastitis como una zona del seno sensible, caliente, hinchada, en forma de cuña, asociada con fiebre o temperatura de 38.5°C (101.3°F) o superior, con escalofríos y dolor. La ABM describió además la mastitis como una inflamación del seno y puede ocurrir con o sin una infección bacteriana. En la mayoría de los casos, las bacterias que causan la infección provienen de la boca de tu bebé, por lo que tu pequeño no se enfermará por continuar amamantando.
La ABM describe los factores que aumentan el riesgo de mastitis. Estos incluyen:
- Las lesiones en el pezón
- Tomas de leche materna poco frecuentes o de poca duración
- Omitir (o “saltarse”) una toma de leche materna
- El bebé no se prende o se “pega” de la manera correcta o succiona de manera débil o descoordinada, lo que conduce a la extracción ineficiente de la leche
- Enfermedad de la madre o el bebé
- Exceso en la producción de leche
- Destete rápido
- Presión en el pecho (por ejemplo, un sujetador apretado, el cinturón de seguridad del coche)
- Una mancha blanca en el pezón o un poro o conducto del pezón bloqueado: ampolla de leche o una inflamación/hinchazón localizada)
- Estrés y fatiga materna
Lávate las manos y, cuando sea necesario, la máquina que usas para extraerte la leche. Esta es otra parte importante para mantenerte sana. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades ofrecen orientación sobre la limpieza completa de las máquinas o bombas para extraerte la leche. Los CDC recomiendan que después de cada uso, las usuarias saquen todas las partes que están en contacto con el pecho y la leche. Estas piezas incluyen bridas o protectores mamarios, válvulas, membranas, conectores y botellas de recolección de leche. La Administración Federal de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) también describe el uso de bolsas esterilizadoras de microondas para limpiar las piezas de la bomba para extraer la leche.
Conductos de leche obstruidos
Las mujeres tienen muchos poros y conductos de leche en el pezón. Cada conducto drena la leche de un grupo de glándulas lácteas, llamadas lóbulos, y si un conducto no está drenando bien, la leche puede acumularse. Si experimentas un área sensible y abultada en el seno, puede ser un conducto bloqueado o tapado. Esta es una parte del seno que no se está vaciando bien cuando el bebé se alimenta o cuando extraes o bombeas la leche. Para ayudar a vaciar esta zona, coloca a tu bebé de modo que su barbilla o nariz apunte hacia el área bloqueada. A algunas madres les resulta útil colocar al bebé en una cama u otra superficie plana y luego bajar el seno en la boca del bebé con la nariz o la barbilla alineadas con el área tapada. También puede ayudar remojar el seno en agua tibia antes y después de la toma, así como masajear la zona durante o después de alimentar al bebé o bombear para mover la leche más allá de la zona bloqueada. La vibración suave, desde el mango de un cepillo de dientes electrónico o un aparato de mano para dar masajes, también podría ayudar. Si estás utilizando una bomba para extraer la leche, los conductos pueden bloquearse si la brida o el protector mamario que estás utilizando no es del tamaño correcto.
Si el área abultada no desaparece después de 3-4 días, comunícate con tu equipo de cuidado de salud.
Cosas que podrían ayudar con la mastitis
- Para recuperarse, las madres necesitan descansar, beber muchos líquidos, comer alimentos nutritivos y seguir amamantando. La extracción frecuente y eficaz de la leche es importante, especialmente si tienes mastitis. La Academia de Medicina de Lactancia Materna sugiere que si el dolor interfiere con el flujo de la leche, la toma puede comenzar en el seno que no está afectado, cambiando al seno afectado tan pronto como empieza a fluir la leche. Aplicar compresas frías al seno después de la toma puede ayudar a reducir el dolor y la hinchazón. Ibuprofeno, 600 mg cuatro veces al día, también ayuda con la hinchazón.
- Si la mastitis es grave, es posible que también necesites el apoyo de tu equipo de cuidado de salud. En estos casos es probable que te receten un antibiótico para el tratamiento. Es importante que te tomes todas las píldoras que te hayan recetado, incluso si el dolor y la fiebre mejoran antes de que las termines. Tu proveedor te recetará un antibiótico que sea seguro de usar mientras estés amamantando.
- Si dejas de amamantar, será más difícil para tu cuerpo combatir la infección. De repente, detener la producción de leche también conduce a un mayor riesgo de un absceso mamario que seguir amamantando. Pídele a tus amigos y familiares que te ayuden con las tareas del hogar para que puedas dormir cuando el bebé duerma.
- Si estás empeorando después de comenzar los antibióticos, o si no te sientes mucho mejor después de 2 días, llama a su proveedor de cuidado de salud o ve a la sala de emergencias. Es importante que te revisen para ver si hay un absceso mamario, que es una acumulación de pus infectado. El mejor tratamiento para un absceso es drenarlo con una aguja delgada guiada por una ecografía o un ultrasonido. Tu proveedor puede verificar el tipo de bacterias en el pus y usar esa información para escoger el antibiótico adecuado.
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