Muchas iglesias, sinagogas, mezquitas y templos tienen un compromiso con los niños y las familias. Si ya eres parte de una comunidad espiritual, averigua sobre sus iniciativas, programas o actividades. Por lo general, las comunidades de fe tienen comités que ayudan a las personas con comidas y apoyo cuando están enfermas, tienen un nuevo bebé o en momentos en que necesitan apoyo adicional. Podrían tener programas de cuidado infantil, acceso a adultos jóvenes u otras personas que podrían cuidar a tus hijos y grupos para las nuevas familias. Si tu comunidad no tiene muchos recursos, considera pedirle al pastor, algún líder, u otras personas que te conecten con otras familias jóvenes de la congregación, así como conectar con una comunidad hermana que tenga recursos.
¿No eres parte de una comunidad, pero estás interesada en un hogar espiritual? Este podría ser un buen momento para echar un vistazo a diferentes grupos en tu comunidad. Busca en sus sitios web actividades y apoyos para las familias. Si tienes amigos que asisten a una comunidad de fe que les encanta, considera ir con ellos. Mira si hay otras familias jóvenes. Es importante encontrar un lugar donde sientas que perteneces. Encontrar el lugar correcto puede tomar una serie de visitas y algún tiempo, pero podría valer la pena!
¡No tengas miedo de pedir ayuda y apoyo! La mayoría de las comunidades de fe valoran las relaciones, el servicio y los bebés.
¿Hay conflictos por la fe? Eso también es normal. Si tu pareja es de una fe diferente a la tuya, todavía hay comunidades de fe que acogen diferentes denominaciones y algunas todas las religiones. ¿Tienes malos recuerdos de tu propia comunidad de fe, entonces no te presiones. ¡No pienses en esto ahora!